Una vez más, entrenadores y preparadores
físicos, guiados por nuestra peligrosa vanidad innata, nos afanamos en
aparentar, destacar y con ello “progresar” en este complejo mundo futbolístico
rindiéndonos a vistosas disertaciones y exposiciones metodológicas que lejos de
centrarse en la esencia del juego, merodean alrededor del mismo bajo el mando
de un nivel terminológico, conceptual y comprensivo alejado de muchos (no vaya
a ser que el resto parezca igual de bueno que nosotros) que no logra más que
obviar o dejar en segundo plano lo que realmente importa en este
juego, que no es otra cosa, que el propio juego.
Otorgar mayor importancia a la forma que al fondo, al método que al
juego…es como preparar y exponer un discurso brillante sin oyente alguno en la
sala, sin nadie a quien transmitírselo… ¡un sinsentido!¡una pérdida de tiempo!.
Nos proclamamos dominadores absolutos del entrenamiento integrado, de la
periodización táctica, del entrenamiento estructurado…y olvidamos que la nota
común a todo método, ineludible en cualquiera de ellos, es el juego y sus
fundamentos básicos.
¿Qué es para mí lo básico?, ¿qué es aquello que siempre debe estar presente
en mis entrenamientos?, ¿qué principios deben comprender y dominar a la
perfección mis jugadores?, ¿Cuál debería ser la meta de toda metodología?….
Prometo hacerlo lo más
sencillo que pueda, allá voy:
El juego consta de dos momentos claves: Ataque y Defensa (más sus
transiciones).
A estos, algunos encandilados por la idea de que el ataque y la
defensa no existen en el fútbol les llamarán “momento de posesión y no posesión
del balón”, sosteniendo que cuando un equipo ataca debe de estar preparado para
la defensa y que cuando un equipo defiende, lo debe de estar también para el
ataque. Correcto, lo acepto y comparto, pero cuidado no nos aleje de nuestros iguales
y dificulte el entendimiento mutuo.
Dicho esto, los principios de juego
básicos a potenciar y entrenar para cada uno de los momentos del juego son:
en ATAQUE conservar el balón para que no lo
tenga el contrario, progresar hacia el campo rival e intentar hacer gol; y
en DEFENSA intentar robar
la pelota al rival e impedir que progrese hasta nuestro campo y portería.
Sencillo, ¿verdad?…
Dominar las variables Espacio y Tiempo, propias y del rival, tanto en
ataque como en defensa, será la clave que normalmente decantará la
balanza hacia un lado u otro.
En ataque, cuanto más espacio tengamos para actuar, más soluciones
aparecerán y más tiempo tendremos para elegir y ejecutar. Esto como es lógico,
facilitará nuestra conservación del balón y progresión hacia el campo/portería
rival.
En defensa, cuanto más reduzcamos el espacio del rival, menos opciones y
tiempo otorgaremos, dificultando su progresión y facilitando nuestra
recuperación.
Los mejores jugadores, esto lo comprenden a la perfección, y con sus
movimientos y acciones regalan, como señala Oscar Cano, tiempo y espacio al
compañero, a ellos mismos y al equipo, facilitando así el dominio colectivo de
los principios básicos del juego.
¿Qué puede hacer mi equipo para lograr situaciones ventajosas en términos
espaciales, temporales y numéricos?
En ATAQUE:
Atraer rivales (conduciendo o conservando) para jugar con despejados
(figura 1); Alejarse del rival y ocupar espacios libres (figura 2); Jugar en
amplitud para estirar longitudinal y transversalmente al rival (figura 3).
Figura 1: Cuando nos
asociamos en corto en cualquier zona del campo, a la vez que atraemos rivales
estamos liberando compañeros constantemente que dispondrán en caso de recibir
el balón, de más espacio y tiempo para actuar
Figura 2: Separarse del rival
aumentará las soluciones de nuestro compañero con balón y me otorgará más
espacio y tiempo de actuación en caso de recibir facilitando nuestra
conservación y progresión.
Figura 3: Al jugar en
amplitud, estiramos al rival tanto longitudinal como transversalmente
propiciando mayores espacios y mejores soluciones de ataque.
En DEFENSA:
Reducir espacios interzonales juntando líneas transversales y
longitudinales (figura 4). Presión intensiva y colectiva al rival tras
desencadenantes aconsejados (pase largo, mal control, control de espaldas..etc)
(figura 5). Actuación en bloque homogéneo y equilibrio posicional (figura 6).
Figura 4: Al reducir el
espacio al rival en nuestras zonas vitales, no solo dificultamos su toma de
decisión sino que obligamos a que decidan y ejecuten precipitadamente en caso
de recibir el balón.
Figura 5: La presión intensiva, en bloque y en los momentos determinados como
idóneos, reduce notablemente las posibilidades del receptor rival.
Figura 6: Actuar en bloque posicional, no solo facilita nuestra fase defensiva,
sino que optimiza nuestra transición ataque-defensa ya que al perder la
posesión del balón, estaremos en una inmejorable disposición para volver a
recuperarla debido a que el espacio concedido al rival para que inicie su
ataque se verá sustancialmente reducido.
¡Sí! Lo sé! Faltan muchos subprincipios, pero párense a pensar y verán como
todos y cada uno de ellos atienden a esta sencilla cuestión espacio temporal
(ampliar mi espacio y reducir el del rival). Después adórnenlos,
llámenlos e intégrenlos en la metodología que les plazca, pero no olviden
que estos y no otros son la esencia de este juego que tanto nos empeñamos en
complicar, al menos desde la dialéctica.
Todo esto los Iniesta, Xavi, Silva, Alonso, Ardá, Modric, lo entienden y
ejecutan a la perfección. Puede que si deciden ser entrenadores jamás entiendan
la periodización táctica, el entrenamiento estructurado, ni tan siquiera el
integrado…pero si algún día son capaces de enseñar esto a sus pupilos…serán
buenos entrenadores…denlo por hecho.
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