Todos
conocemos los numerosos beneficios que supone para el deportista el
calentamiento previo al desarrollo de cualquier actividad física. Pese a esto,
observamos como son cada vez más los preparadores físicos que reducen el tiempo
destinado a esta parte alegando una disminución innecesaria de los depósitos
energéticos del jugador y defendiendo este tiempo de trabajo únicamente desde
el punto de vista adaptativo socioemocional .
Soy
partidario de que el jugador debe de adaptar a la competición la totalidad de
sus estructuras conformantes y que probablemente el aspecto emocional y de
interacción con el resto de compañeros deba de anteponerse al eminentemente
condicional, pero no defiendo que deba de reducirse el tiempo hasta el punto de
ser prácticamente imposible una puesta en marcha previa al esfuerzo de alta
intensidad exigido.
No me
gustan los calentamientos largos, (creo que 20 minutos son más que suficiente)
pero tampoco los muy cortos (para mi 10 minutos es un tiempo escaso). Hay que
dar el tiempo necesario para preparar la totalidad de las dimensiones del
jugador y del colectivo.
Además
de esfuerzos similares a los competitivos, el jugador debe de haber vivenciado
antes del pitido inicial aspectos relacionales colectivos específicos a nuestro
modelo de juego (prefiero una posesión 4×4+2 orientada que el típico 5×5
inespecífico). Si calentamos en especificidad competitiva a todos los niveles
no es absurdo pensar que el jugador saltará al campo con mayor predisposición.
Puede que la complejidad del juego nos lleve a encajar un gol en el minuto 2 y
se nos acuse de haber calentado de manera deficiente con la consiguiente falta
inicial de actitud del grupo, también puede lesionarse un jugador en el primer
sprint del partido y se nos vuelva a poner el punto de mira, o puede que ocurra
exactamente lo opuesto a estos dos ejemplos, y el equipo alcance elevadas cotas
de rendimiento nada más empezar el partido.
Yo, y
supongo que vosotros también, tuve días de todos, días en los que el equipo
salió muy enchufado al calentamiento y el nivel de concentración del mismo fue
elevado pero con pobre rendimiento inicial, y días que el equipo parecía
decaído o desmotivado y el comienzo fue superlativo. Intentar buscar una
relación entre el calentamiento y la salida inicial del equipo es una tarea que
no creo estar capacitado de demostrar.
Dicho
esto, aquí os dejo uno de mis calentamiento precompetitivos:
0-1´ Movilidad articular libre.
1´- 4´ Adaptación al balón. Por parejas
ejercicios de habilidad.
4´- 6´ Movimiento de aceleración con balón .
6´-10´ Rondos 4×1 con/sin movimiento. Todo el
mundo pasa por rol defensivo. Progresión intensidad oposición.
10´ Hidratación
10´13´ Reactivación articular dirigida.
Frecuencia + Explosividad + Flexibilidad dinámica.
13´- 15´ Por
parejas: golpeos en distancia progresiva + 1×1 + salto con remate.
15´-
17´ Posesión
inespecífica 4×4+2. Progresión en nivel de oposición.
17´-20´ Posesión específica modelo de juego. En
este caso 6 jugadores atacan a 4 en formación 2-3-1. Fomento asociaciones y
comportamientos colectivos específicos.
20´. Cohesión grupal
20´-
21´. 6 x Aceleraciones en 3 metros donde sería muy bueno colocar
escaleras de coordinación y vallas para realizar acciones combinadas explosivas
Todo los calentamiento no pueden ser iguales siempre tiene que a ver una complejidad mayor o menor dependiendo; el rival, si se viajo, el estado anímico de el equipo, en el ciclo que se encuentra, la temperatura ambiente, etc.
Es importante manejar eso aspectos externos para poder activar de mejor manera a los jugadores.
Y lo mas importante el Preparador Físico es un motivador constante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario